Tentativamene, podemos entender la lógica de un jefe que explota a sus empleados. Su perfil suele ser el de un pobre tipo con muy baja que se escuda en su superioridad formal dentro de la para abusar de sus empleados y reír tocándose su gordo abdomen diciendo “Ohj! Joh! Hoj! Joh! Soy superior a tí, gusano”. Sí, es un idiota, y está confirmado científicamente.
Nathanael Fast, psicólogo social de la Universidad de California del Sur en Los Angeles junto a Serena Chen de la Universidad de California en Berkeley llevaron a cabo algunos experimentos para comprobarlo, invitando a 90 personas a llenar cuestionarios acerca de las tendencias agresivas y la competición en .
Los cuestionarios tendieron a medir el sentido de poder de los individuos preguntándoles acerca de cómo se sentían en situaciones en las que ocupaban una posición tanto de impotencia como de poder. A la vez, los investigadores solicitaron a los participantes que escogieran un castigo para hipotéticos estudiantes que respondían mal a una prueba, castigos que iban de un sonido de 10 decibelios hasta uno ensordecedor de 130 decibelios.
Los voluntarios más incompetentes y poderosos escogieron los sonidos más fuertes (71 decibeles en promedio). Además, los halagos reducen la agresividad de estos jefAZOS, lo cual fue comprobado por los investigadores al adular sus habilidades como líderes.
Sí, los jefes explotadores son inseguros, con baja autoestima, se rodean de alcahuetes, tienen cara de roca, consumen pedregullo, no se ríen, tienen el ceño fruncido, probablemente sean de tendencia política derechista, despóticos, obesos, con la cara roja y carecen de capacidad para gesticular. Sí, los jefes explotadores son unos idiotas, con aval científico y todo.
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